El poder sanador del perdón según Santa Hildegarda de Bingen
El perdón es un acto de amor, misericordia y libertad. Consiste en liberar a alguien de la culpa o el resentimiento, renunciando al deseo de venganza. Jesús lo ejemplificó en la cruz cuando dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lucas 23,34).
La Real Academia Española lo define como «remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente».
El perdón no elimina el dolor, pero sí libera del odio. Fray Nelson nos recuerda que el rencor encadena a las personas al pasado, distorsiona la realidad y puede incluso enfermar el cuerpo.
La misericordia y el perdón en el corazón de Dios
Según el Papa Francisco (Carta apostólica Misericordia et Misera), cuando un pecador se arrepiente sinceramente, Dios le ofrece su perdón sin condiciones. Este acto gratuito de amor transforma vidas y rompe el ciclo del egoísmo.
La misericordia genera una alegría espiritual profunda, que impulsa a las personas a realizar obras buenas y a rechazar la tristeza.
La misericordia como medicina según Santa Hildegarda
Santa Hildegarda de Bingen describe la misericordia como una «quasi medicina», una fuerza sanadora que activa el sistema inmunológico y hormonal a través de las palabras y acciones positivas.
Ella señala que el vicio opuesto a la misericordia es la dureza de corazón, causada por el amor desordenado a los placeres. Esta insensibilidad lleva a vivir a expensas del prójimo sin empatía ni compasión.
“Gracias al aire y al rocío y a todas las fuerzas de la vida soy un suave remedio para todos… Ayudo a todos los enfermos hasta que estén bien de salud, porque soy para ellos una medicina, tan buena como un ungüento suave”.
¿Qué no es el perdón?
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No es olvidar el daño recibido.
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No es excusar al agresor.
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No es una obligación impuesta.
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No significa tolerar injusticias.
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No es una reacción automática, sino una decisión consciente y libre.
¿Qué sí es el perdón?
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Es un acto personal y libre.
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Es una liberación emocional de la culpa, rabia o vergüenza.
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Redefine el mal sufrido y abre la puerta a la sanación.
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No exige olvidar, sino recordar sin rencor.
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Puede hacerse aún con dolor, si se decide con la ayuda de Dios.
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Es un regalo gratuito que exige madurez y amor auténtico.
Cómo saber si hemos perdonado de verdad
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Recordamos la ofensa sin resentimiento.
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Sentimos paz en lugar de angustia.
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Podemos tener empatía con el agresor.
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Nos alegramos sinceramente por su bienestar.
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Sentimos una liberación emocional y espiritual.
Efectos del rencor en la salud física y espiritual
Santa Hildegarda advierte que la dureza de corazón y la ira pueden generar enfermedades autoinmunes y del sistema nervioso:
Síntomas físicos por falta de perdón:
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Hipertensión, insomnio, depresión.
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Trastornos digestivos, dolores cervicales.
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Enfermedades autoinmunes: artritis, lupus, fibromialgia, cáncer.
Causas espirituales según Hildegarda:
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Ira → Infarto cerebral, esclerosis, Parkinson.
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Soberbia → Artritis, aislamiento.
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Tristeza → Baja autoestima, ansiedad crónica.
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Dureza de corazón → Aislamiento, enfermedades del corazón.
Beneficios del perdón para el cuerpo y el alma
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Aumenta el bienestar emocional.
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Mejora la salud cardiovascular.
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Fortalece el sistema inmunológico.
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Disminuye la ansiedad y la tristeza.
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Nos reconcilia con Dios, el prójimo y nosotros mismos.
¿Qué ofensas se deben perdonar?
Jesús nos enseña que el perdón no tiene límites: «No te digo que perdones siete veces, sino setenta veces siete» (Mt 18,22). No es necesario que el otro se arrepienta para que nosotros perdonemos. El perdón es una decisión unilateral que libera.
¿Quién debe dar el primer paso?
El perdón puede surgir incluso si el agresor no pide perdón, ha fallecido o no reconoce su error. No depende del otro, sino de una decisión personal que sana interiormente. La reconciliación, en cambio, sí requiere de ambas partes.
Ejemplo bíblico: José y sus hermanos
En el libro del Génesis (cap. 37–50), José es vendido por sus hermanos. Años después, se reencuentra con ellos en Egipto y, en lugar de vengarse, los perdona diciendo: “No estén tristes… fue Dios quien me envió delante de ustedes para salvar su vida” (Gén 45,5).
Ejemplo de falta de perdón: el caso de Juan
Juan no pudo perdonar a Esteban por haberle quitado a su pareja. Su rencor lo enfermó emocional y físicamente, lo aisló de sus relaciones y lo sumió en depresión. Este caso muestra cómo la falta de perdón se convierte en una prisión interior.
Vicios espirituales asociados a la falta de perdón
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Ira → Virtud opuesta: paciencia.
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Discordia → Paz.
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Soberbia → Humildad.
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Dureza de corazón → Misericordia.
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Tristeza → Alegría de vivir.
Pasos prácticos para perdonar y sanar
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Aceptar la ofensa y verla como una oportunidad de crecimiento espiritual.
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Recordar conscientemente el daño recibido y decidir comprender.
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Pedir a Dios el poder de perdonar, aunque implique tomar distancia del agresor.
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Hacer examen de conciencia para reconocer nuestros errores.
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Amar como nos enseña 1 Corintios 13:4-7.
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Repetir la frase «Te perdono» con sinceridad.
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Ayunar con espelta una vez al año y un día por semana.
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Evitar alimentos grasos (carne, mantequilla, queso, etc.).
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Realizar ejercicio físico y sauna con extracto de castañas.
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Orar con palabras de Santa Hildegarda para cultivar la paz interior.
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Buscar la paz interior y con los demás.
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Visualizar las emociones negativas como nubes que se disipan.
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Respirar profundamente e imaginar el conflicto dentro de 5 años.
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Acudir al sacramento de la confesión.
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Orar por quien nos ha ofendido.
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Meditar textos bíblicos sobre la paz (Núm 6,24-26; Jn 14,27; Fil 4,4-7).
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Usar piedras preciosas como el aguamarina y berilo como símbolo de paz.
Conclusión
El perdón, según Santa Hildegarda de Bingen, no es solo un valor espiritual, sino una terapia integral para el alma y el cuerpo. Liberarnos del rencor y elegir el camino de la misericordia no solo mejora nuestras relaciones, sino que transforma nuestro bienestar físico, emocional y espiritual.
Descubre el poder sanador de la medicina de Santa Hildegarda. En nuestro blog, te invitamos a explorar las enseñanzas de Santa Hildegarda, una sabia visionaria que nos dejó un legado de salud y curación basado en la naturaleza. Aprende con nosotros a recuperar tu salud con la medicina de Santa Hildegarda de Bingen
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Respuestas a Preguntas Frecuentes sobre Santa Hildegarda de Bingen
¿Qué hizo santa Hildegarda
Santa Hildegarda es conocida por sus contribuciones a la música, medicina y ciencias naturales, así como por sus escritos teológicos y visiones místicas. Es Doctora de la Iglesia.
¿Qué es la medicina de Santa Hildegarda?
La medicina de Santa Hildegarda es asímismo, una práctica holística que integra cuerpo, alma y espíritu, utilizando remedios naturales. Basada en las visiones y revelaciones de Hildegarda de Bingen, esta medicina abarca aspectos físicos, emocionales y espirituales de la salud.
¿Cuándo es el día de Santa Hildegarda?
El día de Santa Hildegarda se celebra cada año el 17 de septiembre.
¿Cuántas obras compuso Hildegard von Bingen?
Hildegard von Bingen compuso una variedad de obras musicales, incluyendo 43 antífonas, 18 responsorios, 4 himnos, 7 secuencias, 2 sinfonías, 1 aleluya, 1 kyrie, 1 pieza libre y 1 oratorio, sumando un total de 78 obras musicales.